Creo que todos compartimos en mayor o menor medida nuestro amor por los libros, que nos trasladan a mil y un mundos diferentes, enseñándonos más acerca de otros y de nosotros mismos, ayudándonos a comprender otras realidades y a profundizar en la nuestra.
Os dejo con la concepción que de la literatura tiene Emma Bovary, la protagonista de nuestra última novela comentada en el Club de lectura. Y cómo ese placer por la lectura que comparte con Leon hará que, al principio, se sientan una sola persona.
-Qué mejor cosa, en efecto, que estar por la noche al lado del fuego con un libro, mientras el viento bate los cristales y arde la lámpara.
-¿Verdad que sí?-dijo ella fijando en él sus grandes ojos negros bien abiertos.
-No se piensa en nada -proseguía él- , las horas pasan. Uno se pasea inmóvil por países que cree ver, y su pensamiento, enlazándose a la ficción, se recrea en los detalles o sigue el hilo de las aventuras. Se identifica con los personajes; parece que somos nosotros mismos los que palpitamos bajo sus trajes.
-¿Le ha ocurrido alguna vez encontrar en un libro una idea vaga que se ha tenido, alguna imagen oscura que vuelve de lejos, y como la exposición completa de su sentimiento más sutil?
-¡Sí, me ha sucedido!- respondió ella.
-Por eso -dijo él- me gustan sobre todo los poetas. Encuentro que los versos son más tiernos que la prosa, y que consiguen mucho mejor hacer llorar.
-Sin embargo, cansan a la larga -replicó Emma- ; y ahora, al contrario, me gustan las historias que se siguen de un tirón, donde hay miedo. Detesto los héroes vulgares y los sentimientos moderados, como los que se encuentran en la realidad.
-En efecto esas obras que no llegan al corazón, se apartan, me parece, del verdadero fin del arte. Es tan agradable entre los desengaños de la vida poder transportarse con el pensamiento a un mundo de nobles caracteres, afectos puros y cuadros de felicidad. Para mí, que vivo aquí, lejos del mundo, es mi única distracción. ¡Yonville ofrece tan pocos alicientes!
-Como Tostes, sin duda -replicó Emma-; por eso estaba suscrita a un círculo de lectores.
Poetas, héroes, personajes, caracteres, versos... y el placer de leer. No sé si alguno seréis de un círculo de lectores, pero por lo pronto sí pertenecemos al Club de lectura. Desde este enlace podéis leer el resto del capítulo (Segunda parte, capítulo 2), así como acceder al resto de la novela "Madame Bovary".
Por cierto, aunque no saliera en las noticias, ayer 21 de marzo fue el Día Mundial de la Poesía, y en clase lo celebramos leyendo muchos poemas. No hace falta que la poesía haga llorar como apunta Leon. Os invito a coger algún libro de versos y a reír, disfrutar y soñar con la lírica. ¡Feliz lectura!
Imagen: jamarmstrong en Flickr, licencia CC
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